María Ángeles Álvarez e Isabel Sánchez Tejado son las autoras del libro Gredos en amarillo. Guía práctica de decoración con piornos, un hermosísimo libro que acaba de publicar la editorial madrileña Cuadernos del Laberinto y que tiene su origen en la floración de la retama conocida como “piorno”, en la Sierra de Gredos (Ávila), durante los meses de mayo a junio. Los habitantes de los pueblos de esta sierra engalanan sus casas, decoran los ayuntamientos, las plazas, las fuentes o las ermitas. Y participan en talleres de arte floral para aprender las técnicas apropiadas y la filosofía que debe regir esta disciplina. El libro recoge —mediante prácticas fichas— las enseñanzas de estos cursos: los diseños, ideas, materiales y trucos que debe conocer todo aquel que desea iniciarse en el bello mundo de la decoración con flores silvestres. Este libro también aporta el conocimiento y la descripción botánica de los piornos de Gredos (veintitrés variedades); así como acerca a su uso en la jardinería, promoviendo el diseño y la creación de jardines sensibles con el medio en el que se levantan. 

Resulta interesante charlar con estas dos escritoras que desarrollan su faceta creativa en la naturaleza y que han marcado toda una revolución en la provincia de Ávila, aunando esfuerzos para lograr realizar el Festival del Piorno en Flor durante once años. Sin duda, unas incomparables embajadoras de la naturaleza y del respeto hacia ella.

MARÍA ÁNGELES ÁLVAREZ es arqueóloga y prehistoriadora por la Universidad de Salamanca, empresaria en el sector del arte floral y la jardinería, florista y escritora —con una dedicación muy especial a la poesía—. Acuarelista y citarista. Además, es florista con una larga trayectoria, destaca su trabajo como jurado de la Copa Maestro florista, Copa Iberflora de arte floral. Es directora del taller de flores Donzoilo de Ávila, así como del taller madrileño DZ floristas artesanos e impulsora de páginas de venta de flores online. Diseñadora floral de eventos. Dirige talleres de arte floral y meditación con flores. Autora de 31 meditaciones con flores sobre los textos de Teresa de Jesús (2012) y Un Castillo lleno de flores (2015), basado en Las Moradas del Castillo interior, de Teresa de Jesús; y de los poemarios Y el aire al soplar (2019) y Las hierbas de los regatos están blancas. Crónica poética de un agosto en llamas (2020). Es también directora de la Casa de la Poesía Juan De la Cruz y de la Casa Hildegarda de Bingen, mujeres místicas y creadoras.

—¿Cómo surgió la idea de crear esta guía práctica de decoración con piornos?

—Llevo diez años desarrollando talleres de arte floral y decoración con piornos en la Sierra de Gredos, recorriendo los pueblos y enseñando a los habitantes de la zona a trabajar con estas flores. Este libro, que hemos titulado Guía de decoración con piornos, recoge estas enseñanzas de manera práctica para que los alumnos que han asistido recuerden lo que les he ido enseñando, y quiero que sirva también para iniciar a muchas personas en el trabajo con estas flores. 

Unas enseñanzas profesionales para tratar a los piornos como lo que son, unas bellas flores silvestres, utilizando las técnicas de recolección, hidratación y trabajo artístico a nivel profesional.

Mis talleres, al quedar recogidos en las páginas de este libro, son como un legado, como un motor para seguir en esta senda del amor por lo natural que nos permite recrear la belleza que la Sierra florida nos regala. 

—Es usted la autora de las ilustraciones del libro, que guían y enseñan todas las posibilidades que ofrece esta retama. ¿Cómo desarrolla este trabajo artístico?

—Como florista, siempre diseño arreglos florales que plasmo en acuarelas con todas las especificaciones de materiales y técnicas. Es la manera de trabajar profesionalmente en arte floral, para poder mostrar las ideas y diseños que están en la mente del florista, para poder volver a ellos cuando nos ponemos a realizarlos y para que otras personas de nuestro taller y de otros lugares puedan realizar los arreglos. 

En estas acuarelas he recogido algunos de los diseños que hemos hecho en los talleres de Gredos y que luego han realizado de manera increíble, por sus dimensiones y estilo, los alumnos en las decoraciones de sus pueblos, decorando los ayuntamientos, la iglesia, el pilón, las casas, las panaderías, los hoteles… y que hemos disfrutado en el Concurso de decoración de exteriores del Festival del Piorno en flor.

También hay otras que son nuevas propuestas y diseños que dejo para el que quiera buscar inspiración. 

Son casi cincuenta ilustraciones que espero que impulsen a hacer decoraciones con piornos, a desarrollar la imaginación, el amor por lo natural y por las flores. Que sirvan como medio para volver a nosotros mismos, como momentos placenteros de meditación, con flores en nuestras manos.

—¿Qué es el Piornica? 

—Uno de los diseños que expliqué en un taller de piornos, y que queda recogido en una acuarela; es el trabajo sobre agua, en una fuente o pilón. Se trabaja con la flor de los piornos cortada, con sus pétalos jugando con las distintas variedades de color, que van del blanco crema al amarillo en sus distintos matices. 

Enseñé la técnica pensando que podrían hacer diseños sencillos como líneas, meandros o círculos de colores sobre el agua y cuando vimos lo que habían realizado, no nos lo podíamos creer. Realizaron el Guernica sobre el agua en el pilón del pueblo a base de pinceladas de piornos. Para poder verlo era necesario tener una visión desde arriba y así tenían una escalera de madera ya preparada para poder subir por ella y poder visualizar el conjunto. A esta creación tan espectacular le pusieron el nombre de Piornica.

—Este libro hace ver las enormes posibilidades que tienen las flores silvestres y los productos de cercanía. ¿Podríamos decir que es una reivindicación del mundo rural, del orgullo de la tierra y la proximidad?

—Este libro abre puertas nuevas para relacionarnos con la naturaleza en el medio rural. En primer lugar, vamos avanzando en algo muy importante y que es el motor de todo lo demás, el amor por lo natural y por todo lo que nos regala y que tanto necesitamos, sobre todo en unas sociedades en las que el plástico se ha adueñado de nuestras casas. Las flores que ponemos son de plástico, las plantas también, recordando la belleza de las naturales, pero frías e inertes.

Es necesario poner a las flores y a todo lo natural en el lugar que realmente ocupan estos ser seres vivos que tanto bien nos aportan. Con unos elementos sencillos en mis manos, con una flor, una rama y dos hojas, soy capaz de entrar en un mundo verdadero que me relaja y me consuela. Comienzo a interrelacionarme con ellos, y me dicen cosas importantes a nivel profundo y personal.

Las flores son algo más que elementos decorativos bellos, son alimento para nuestra vida interior, y tienen un gran potencial de equilibrio y consuelo.

Solamente podemos avanzar en el mundo del arte floral y conseguir un estilo floral propio que nos identifique si avanzamos por este camino de relación personal con las flores, de manera individual, viendo cómo se mueven, cómo puedo dirigirlas, cuánto duran y con qué otros materiales vegetales vivos se encuentran en relación de manera armónica.

Los alumnos de la Sierra de Gredos me demuestran que esto es así para todas las personas. Pensaba de manera simplista que estas personas que ha vivido rodeados de piornos toda su vida, y que los han utilizado para su vida ordinaria como combustible o para techar casetos, no iban a entender todo esto que estoy explicando, el amor por las flores silvestres por todo lo que nos aportan a nivel personal. Y he visto que no solo lo han entendido, sino que ellos aman los piornos de manera profunda, que se sienten muy orgullosos de esta sierra toda florida y bella y que son capaces de crear belleza decorando sus pueblos y haciendo de la floración un verdadero festival, donde la gente se reúne con la familia y los amigos a disfrutar y celebrar la sierra florida. 

Para mí, como florista, esto es un sueño; poner como elemento de disfrute personal, social y comunal, que mueve a tantas personas a trabajar con flores, en este marco natural tan espectacular. Hacer de una flor silvestre el motor de desarrollo local.

Una de las cosas que más me gusta de toda esta experiencia es que es genuina y nuestra. Todo ha surgido de un replanteamiento de lo que tenemos y amamos y desde allí hemos sido capaces de levantar un festival tan impresionante, basándonos en lo que tenemos y en lo que somos, descubriendo la belleza que nos rodea en donde realmente está.

—Otra faceta importante de este libro es la parte botánica sobre los piornos, e incluso la forma en que hay que trabajar un huerto con plantas autóctonas. ¿Cómo ha sido esta gran labor de investigación y pedagogía?

—Dentro del equipo que lleva el Festival del Piorno en Flor, ha habido desde el principio un grupo de botánicos, con Belén Hernández de la Torre Benzal a la cabeza. Para poder amar estas flores, para poder utilizarlas, es necesario conocerlas en profundidad, y en esta parte los botánicos aportan todo su conocimiento.

Las variedades de piornos se han ido describiendo, ya que había algunas que todavía no estaban descritas botánicamente. Y al final han salido las 23 variedades que están recogidas en este libro para que podamos identificarlas individualmente y disfrutar de su belleza singular.

Otra parte del libro, que desarrolla el gran botánico Álvaro Bueno, explica cómo podemos hacer jardines serranos con plantas autóctonas, utilizando el piorno y otras especies para ajardinar nuestras casas, los jardines de los pueblos, de los ayuntamientos… Unos jardines más sensibles con el medioambiente en el que surgen y que además son de fácil mantenimiento, en cuanto a sus exigencias de agua y cuidados. Si comenzamos a hacer jardines con plantas autóctonas, podremos aportar a todo este sueño del festival, un elemento nuevo lleno de potencia que desarrolla el patrimonio botánico como parte de la belleza de nuestros pueblos.

—Es patente que Gredos en amarillo es también un homenaje a toda esa gente de la Sierra de Gredos que se ha volcado en defender el Festival del Piorno. ¿Cómo ha sido su experiencia de profesora de arte floral con todos estos pueblos que participan?

—Realmente todo esto es para mí algo muy especial que me conmueve íntimamente. Me parece siempre increíble lo que ha llegado a hacerse con estas flores silvestres y cómo esta flor es motor para tantas actividades.

Pero, a nivel personal, me gusta estar en este camino de amor por la naturaleza, una relación con ella de manera respetuosa y amigable. Sabiendo lo que nos aporta y lo que necesitamos de todo su potencial de belleza y bienestar. 

Si pudiera ver por una ventana el interior de una casa donde un vecino del pueblo está trabajando con los piornos, está utilizando todo lo que les he ido enseñando, está disfrutando del momento, si pudiera ver esto, creo que como florista amante de todo lo natural habría alcanzado el culmen de la satisfacción. Me recorre un agradecimiento hondo y verdadero hacia la sierra florida, a los piornos con su intenso color y su aroma dulzón y agreste, donde he vivido y vivo momentos de gran felicidad personal y estética. 

ISABEL SÁNCHEZ TEJADO es una gran defensora del modo de vida rural, lo que ha marcado su carrera profesional, convirtiéndose en especialista en turismo rural, conferenciante y fundadora de la Escuela de Turismo Generativo, donde ayuda a los responsables de los territorios rurales, en riesgo de despoblación, a transformarlos en destinos turísticos sostenibles, generando cambios sociales, ambientales y económicos. Ha logrado implantar este modelo de turismo generativo en territorios como Las Navas del Marqués, Gredos Norte, Gran Lago Alqueva, Guisando o Nordeste de Segovia, entre otros.

Ha trabajado en multinacionales como IBM, Price-Waterhouse y Meta4. Además, aporta la experiencia de más de treinta años en la industria de la consultoría y la tecnología, dando una perspectiva única para las empresas y organismos oficiales que la requieren.

—¿Qué es el Festival del Piorno en Flor de Gredos?

—El Festival del Piorno es un evento anual que se celebra en Gredos Norte, durante la floración de esta retama conocida como “piorno”, en los meses de mayo y junio.  

Nació en 2011, de la inquietud de unos cuantos amantes de Gredos que disfrutábamos del paisaje amarillo durante esta época de floración, pero también sabíamos que, en esta época, venía menos gente a visitarnos y, sin embargo, era el momento de más esplendor paisajístico: las laderas y montes se visten de amarillo. 

Así que, desde la asociación de empresarios de la zona, ASENORG, nos pusimos manos a la obra para organizar algo que permitiera desestacionalizar la oferta turística y conseguir atraer visitantes, vertebrando el territorio a través del piorno y del paisaje amarillo que surge con su floración. Gredos es un destino de fin de semana, con gran afluencia de visitantes en invierno, por la nieve, y en verano, por las bajas temperaturas. 

Para conseguirlo, tuvimos que empezar por consensuar con toda la población esta iniciativa y diseñar actividades relacionadas con tres vertientes: 

La botánica, para lo cual una bióloga y un equipo de profesores definieron 13 variedades de esta retama (actualmente, tienen definidas hasta 23 variedades), además de crear un mapa con los 62 puntos de observación del paisaje.

En segundo lugar, definimos la vertiente de usos y costumbres, que viene a demostrar que el piorno fue un elemento primordial en la vida de los gredenses en el pasado, así que programamos actividades relacionadas con la recuperación de chozos de los pastores —cuyos tejados se realizaban con el piorno—, escobas de piorno —que se usaban para barrer las cuadras o los corrales—, talleres de manualidades —de cestos, sombreros…—, etc. 

Y, por último, la vertiente ornamental, donde pusimos a prueba la creatividad de los vecinos de Gredos con un concurso de decoración de exteriores, donde los participantes decoran sus fachadas, establecimientos públicos, iglesias, plazas, fuentes y, en general, todo lo que los vecinos consideran “decorable”. 

Actualmente, participan unas cincuenta poblaciones, casi todos micro municipios de la zona, en cuyas decoraciones hemos ido viendo la evolución en estos años, pasando de poner ramas en las rejas de las ventanas, en los primeros años, a definir temáticas y organizar los equipos de trabajo desde enero de cada año, para conseguir reconocimientos en los premios que tenemos diseñados el efecto. 

Estos premios no tienen dotación, son simplemente placas y reconocimientos al buen trabajo realizado, lo que confiere más mérito a las personas que elaboran las temáticas, diseñan las decoraciones, ponen en marcha los equipos y realizan estos trabajos. Realmente, lo hacen por el puro placer de visibilizar sus pueblos y atraer visitantes que, de otro modo, no tendrían oportunidad de verlos. 

—Hace unos días se anunciaba el regreso del Festival del Piorno que usted dirige y fundó hace más de una década. ¿Qué nos puede adelantar de las novedades que va a traer esta edición?

—Sí, efectivamente, hemos anunciado el Festival del Piorno 2023, del 19 de mayo al 24 de junio. 

No obstante, empezamos el día 17 con el taller de decoración con piornos, a cargo de María Ángeles Álvarez, de Donzoilo Flores, quien, como cada año, nos enseña a decorar el lugar donde se celebrará el acto de inauguración el viernes día 19 de mayo, concretamente en Navacepeda de Tormes (Ávila, Castilla y León). 

Este año es muy especial, dado que ha sido posible la celebración gracias al acuerdo de cincuenta localidades de Gredos Norte y la Diputación de Ávila, para conseguir que podamos profesionalizar este evento tan importante para la zona. 

En el programa hay previstas actividades que podemos definir como “clásicas”, son aquellas que cada año nos acompañan en el festival. Así, tenemos la Media maratón en la naturaleza (el 10 de junio), que cada año reúne a más de 350 corredores de toda España y, este año, algún internacional; la VI Concentración a caballo (3 de junio), que agrupa más de cien jinetes paseando entre piornos durante una mañana, amenizado con aperitivo, comida y actividades recreativas. El Concierto entre piornos (17 junio), donde podremos escuchar la música entre piornos y cantos de pájaros que anidan en este ecosistema. Una actividad que cada año realiza la Real Cabaña de Carreteros de Gredos, llamada Pingar el mayo, que sirve para recuperar esta tradición de cortar un pino y arrastrarlo con carros de bueyes hasta la plaza y amenizarlo con una caldereta a la que estáis todos invitados. Una observación estelar llamada Astro party, realizada por monitores estelares de la zona. Y, por supuesto, el Concurso de decoración de exteriores con piornos.

En cuanto a las nuevas incorporaciones, seguimos recibiendo propuestas. Pero ya tenemos algunas como la exposición de acuarelas de decoraciones con piornos; las jornadas de la Cruz Roja con Ayuntamientos de la zona para hablar de despoblación; la presentación del folleto reeditado de las 23 variedades de piornos, en la Casa del Parque de la Sierra de Gredos; los talleres de batik piornal, de crochet amarillo, de herbarios decorativos con piornos o de manualidades con piornos… y seguimos recibiendo propuestas de estos pequeños pueblos que participan en el festival. 

—Es usted una gran defensora de la vida en el mundo rural, y predica con el ejemplo, ya que vive en ese medio. Grosso modo, ¿qué ventajas y bondades hay fuera de las ciudades? ¿Por qué cree que desde la política no se fomenta la creación de puestos de trabajo y de empresas en el mundo real?

—Sí, soy una activista del poder del mundo rural y una gran defensora de la vida en el mundo rural. Y, efectivamente, vivo en un pequeño pueblo de menos de 400 habitantes, por tanto, yo no hablo de problemas del mundo rural, yo los vivo diariamente. 

Para mí, una de las mayores ventajas de vivir fuera de las ciudades es la calidad de vida que ofrece. El ritmo de vida es más pausado y relajado, lo que permite disfrutar de un entorno natural y de un estilo de vida más saludable. Además, encuentras comunidades más unidas y solidarias, con un sentido de pertenencia y de arraigo a la tierra.

Otra ventaja es la posibilidad de desarrollar actividades económicas basadas en los recursos naturales (como es mi caso, a través de proyectos de turismo rural sostenible) y en la agricultura, ganadería o pesca sostenible, lo que permite un desarrollo sostenible del territorio y la creación de empleo local. Sin embargo, es cierto que en muchas ocasiones se echa en falta un mayor apoyo político y económico para el desarrollo de estas actividades y la creación de puestos de trabajo y empresas en el mundo rural. Esto puede deberse a diversas razones, como la falta de interés político, la dificultad para acceder a financiación o la falta de infraestructuras adecuadas en algunas zonas rurales.

En mi opinión, es necesario un mayor compromiso político y económico para impulsar el desarrollo del mundo rural y aprovechar sus recursos de manera sostenible y respetuosa con el medioambiente. Es necesario promover el emprendimiento y la creación de empresas en el mundo rural: tecnología, turismo, agroalimentación, procesado de carne, etc., a través de políticas activas que fomenten la inversión y el desarrollo de infraestructuras y servicios. 

Las medidas para fomentar el desarrollo económico del mundo rural no solo benefician a los que vivimos aquí, sino que también tendrán un impacto positivo en la sociedad en su conjunto. Estas medidas podrían incluir la creación de incentivos fiscales y financieros para las empresas que se establezcan en el mundo rural, así como la mejora de las infraestructuras y servicios para facilitar la vida en el campo. También se podrían impulsar iniciativas de formación y capacitación para la población rural, con el objetivo de mejorar su cualificación y facilitar su acceso al mercado laboral. Solo así podremos aprovechar todo el potencial de las zonas rurales y garantizar un futuro sostenible para sus habitantes.

Gredos en amarillo nació a modo de despedida, cuando pensaban que ya no iban a realizarse más ediciones del festival. ¿Es posible que la buena acogida que ha tenido esta obra haya influido sobre este cambio de rumbo?

—Pues no diré que no, porque ha sido una alegría tras otra, la acogida que hemos tenido en las presentaciones que hemos ido realizando del libro. Allí donde vamos, vecinos y mandatarios nos han refrendado con sus adquisiciones y con sus múltiples preguntas, tanto acerca del contenido del libro como del propio Festival del Piorno. 

El festival de este año está centrado en “volver”, cosa que ha expresado muy bien nuestro diseñador de la cartelería Oscar Medrano, con este mensaje: Volvemos. Y, según sus propias palabras, “queremos darle un nuevo aire a la estética de las anteriores campañas y crear un antes y un después en este festival, modernizando un poco el formato. En la imagen del cartel, he buscado darle mucha profundidad, creando diferentes capas en diferentes planos: fondo del paisaje en blanco y negro para que no reste importancia al piorno, que está en color amarillo para resaltarlo. Volvemos al festival después de este año de parón”.

Es un hito que este año podamos volver a celebrar el Festival y, como he expresado antes, ha sido gracias al acuerdo de la Diputación de Ávila y de más de 50 poblaciones de toda la comarca de Gredos Norte:

Barco de Ávila; Navarredonda de Gredos y Barajas; Hoyos del Espino; Navalosa; Hoyocasero; San Martín del Pimpollar y Navalsauz; San Martín de la Vega del Alberche; Solana de Ávila (Mazalinos, Los Loros, Santa Lucía de la Sierra, La Zarza, Casas del Rey, Los Narros y El Tremedal); Santiago de Tormes (La Aliseda de Tormes, Horcajo de la Ribera, Navasequilla, La Lastra, La Lastrilla y Cardedal); Bohoyo (Navamediana, Navamojada y Los Guijuelos); La Nava del Barco; San Juan de Gredos (Navacepeda de Tormes, La Herguijuela y San Bartolomé de Tormes); Hoyos de Miguel Muñoz; Cepeda la Mora; Garganta del Villar; Navadijos; Hoyos del Collado; Navalperal de Tormes y Ortigosa; Zapardiel de la Ribera y La Angostura; Umbrías (Casas del Abad, Ustias, Casa de Maripedro, Venta Veguillas, La Retuerta y La Canaleja); Aldeanueva de Santa Cruz…

—Es llamativo la gran implicación de la población en este Festival del Piorno en Flor, que es siempre el gran reto de todo proyecto cultural y social. ¿Cómo se ha logrado esta hazaña?

—No sé si es una hazaña, pero sí es emocionante ver a todos los vecinos de los pueblos retomando el antiguo modelo de trabajo en equipo para hacer las decoraciones del concurso de decoración de exteriores con piornos. Tradicionalmente, los hombres salen al campo a cortar las ramas de piornos y las mujeres hacen el diseño y elaboración de las decoraciones de las fachadas, iglesias, fuentes…

El festival es un evento que ha creado identidad de zona, de la zona de Gredos Norte. Ha logrado aglutinar y poner en la misma dirección a todos, porque es un evento que nace de los vecinos, nace de la necesidad de tener un elemento que nos identifique, de tener una fiesta común de toda la comarca y un motivo para trabajar por embellecer tu población por el placer de hacerlo y con la esperanza de que vayan a visitarlo. Lo cierto es que juntos, logramos cosas impresionantes.